jueves, febrero 1st, 2024
Publicado por congregacion
TEMA 3. MARÍA EN EL NUEVO TESTAMENTO (Pozo, pp. 65-111)
3.1. San Pablo: Gal. 4,4s.
3.2. Los evangelios de la infancia
3.3. La mariología de San Juan
De la figura de María profetizada anticipadamente en el Antiguo Testamento, pasamos a su figura testificada en el Nuevo. Los rasgos, dotados de una cierta oscuridad en los anuncios proféticos, acentúan ahora su nitidez. En este tema trataremos los dos primeros epígrafes referidos a María en la carta a los Gálatas y en loe evangelios de la infancia.
3.1 SAN PABLO: GAL 4,4s.
“Cuando vino la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la ley, para redimir a los que estaban bajo la ley, para que recibiésemos la adopción”. Es el texto más antiguo del Nuevo Testamento que se refiere a María, fechado en torno al año 54.
Dios envía “de junto a sí” (exapesteilen) a su Hijo que preexiste junto a Él en el Cielo. Preexistencia que hace posible que lo mande del Cielo a la tierra. Envío que se realiza a través de la encarnación, en la que juega un papel crucial la acción generativa de María. Cristo recibe de María la naturaleza humana. Y la acción generativa de María termina en la persona divina del Hijo. María es Madre de Dios, de la persona divina del Hijo. Al mencionar solo al Padre celeste de Jesús y a su Madre terrena, sugiere el texto la no existencia de un padre terreno, y su concepción virginal. La generación de Jesús por parte de María tiene como fin redimir a los que estaban bajo la ley para que recibamos la adopción.
Gálatas 5 retoma los temas de Gén 3,15 (asociación de María a la lucha del Mesías contra el demonio y de Is 7,14 (virginidad de María), añadiendo un tema nuevo posible gracias a la revelación trinitaria: la divinidad del Hijo y la maternidad divina de María.
3.2. LOS EVANGELIOS DE LA INFANCIA
Los evangelios de la infancia son: 1. Narraciones sustancialmente históricas. 2. Construidas de un modo artístico. 3. Llenas de alusiones al Antiguo Testamento, con un carácter antológico y de cumplimiento.
a) El relato de la anunciación (Lc. 1,26-38):“En el sexto mes fue enviado el ángel Gabriel, por parte de Dios, a una ciudad de Galilea llamada Nazaret”. La referencia geográfica y temporal nos muestran la historicidad del pasaje evangélico. “—a una virgen desposada”: El participio emnesteumene nos habla de desposada o casada. Mateo en su evangelio especifica que es deposada. Se trata pues de una virgen desposada. “con un varón llamado José de la casa de David”. El Mesías, Jesucristo, procede de la dinastía de David, al proceder José su padre legal de la tribu de David. Su madre María procede probablemente de la tribu sacerdotal de Aarón, al ser prima de Zacarías que era sacerdote. Se trata de un Mesías que procede de la tribu de David y de la tribu de Aarón, de un Mesías rey y sacerdote.
La primera palabra del ángel a María es chaire (v.28), que más que un saludo coloquial equivalente al ave latino o al hola español, debe ser traducido como el shalom hebreo que quiere decir paz. Enlaza así con el texto del profeta Zacarías 9,9: “alégrate sobremanera, hija de Sión; da gritos de júbilo , hija de Jerusalén. He aquí que viene a ti tu rey… cabalga en asno, en un pollino de asna”. El ángel invita a la alegría a María porque en ella, en su seno, se da el cumplimiento de la venida del Mesías. “Kecharitomene” (v.28) es un participio pasado que indica a María como la que está totalmente llena de la gracia, y se refiere a ella como un apelativo que sustituye al nombre. Nos recuerda a los cambios de nombre que Dios hace en la historia de la salvación para indicar una misión especial en algunas personas (Abraham, Saray, Israel, Pedro, etc.). A María corresponde el grado de gracia que es propio de su misión y dignidad como Madre de Dios, que es la plenitud. La Vulgata traduce así gratia plena. Plenitud de gracia que excluye todo pecado personal y, más aún, el pecado original. “El Señor contigo” (v.28) no necesita verbo para indicar afirmación (está) u optativo o deseo (esté), sino más bien un “el Señor contigo” en alusión al Enmmanuel como Dios con nosotros, en línea con Is 7,14.María es invitada a la alegría por ser la hija de Sión, al ser hecha llena de gracia, porque el Enmanuel, el Dios con nosotros, está con María.
”He aquí que concebirás y darás a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús” (v.31). Es el núcleo del anuncio. En alusión clara a Is 7,14, María es la almah: la virgen, aludiendo al milagro de la concepción y el parto de una virgen. La madre del Enmanuel (Dios con nosotros), es ahora la madre de Jesús (Yahveh salva). Del nombre (Jesús) se deduce en parte su divinidad, aunque Dios puede salvar por muchos medios.
“Como será esto pues no conozco varón” (v.34). Las palabras de María han sido traducidas e interpretadas de muchas maneras. Traducida en el presente puede indicar un poder, deber o querer (en el hebreo yiqtol), como un “¿Cómo será eso, pues no puedo (o no quiero) conocer varón?”. Interpretaciones más modernas han querido ver que el propósito de virginidad de María sería posterior a la anunciación, en línea con Lutero, que traduciría las palabras del versículo 34 como las de una virgen que se deposará y vivirá matrimonialmente con su esposo, y que sólo decidirá ser virgen tras la experiencia mística de la anunciación. Más modernamente el P. Gaechter interpreta las palabras de María como un todavía, pues María estando desposada pero no casada, no vería bien hacer uso del matrimonio aunque no fuera punible. Debemos entender en ese presente del no conozco, como un “no puedo y no quiero conocer”. El todavía no parece un termino correcto, porque el anuncio del nacimiento no implica en la escritura una inmediatez temporal, que quitaría la objeción de esperar al día de la boda. Parece así más convincente la traducción tradicional, que ve en María un propósito en María de conservar su virginidad, que lleva a Dios a que se de una concepción virginal y un perseverar en la virginidad. No tendría sentido si ella pretendiera no ser virgen en el futuro. Los que niegan el propósito de virginidad perpetua por parte de María aducen el desprecio general que en el mundo hebreo se tenía hacia la virginidad. Pero este desprecio no era absoluto, pues ya en la comunidad de Qumram se vivía y valoraba mucho. No debemos descartar que aunque en Galilea no se valorara la virginidad como en Qumram, se pudiera dar que dos jóvenes con deseo de virginidad se casaran y bajo el amparo jurídico matrimonial vivieran juntos en estado de virginidad.
“El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del altísimo te cubrirá con su sombra” (v.35), con estas palabras no sólo responde el ángel a su objeción sino que además al hablar del poder del Altísimo, muestra la presencia de Dios en el seno de María en manera semejante a la que hubo en el Arca de la Alianza en el Éxodo. Dios se hace presente en el seno de María, que es durante nueve meses el arca de la nueva alianza.
“por eso, lo que nacerá santo, será llamado hijo de Dios” (v.35). Con ello se muestra que más que responder a la objeción de quedarse embarazada sin concurso de varón, que ya hace en el versículo 34, en el versículo 35 le quiere sobretodo mostrar que Jesús es Hijo de Dios. De su seno nacerá Dios mismo. No tendría sentido una concepción y parto virginal para que de ella naciera un hombre cualquiera. Nos indica la necesidad de que de ella naciera Dios mismo. La virginidad nos apunta hacia la maternidad divina de María.
“He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra” (v.38). María muestra así su cooperación libre y perfecta a la obra de la redención. El diálogo con el ángel y el “sí” de María dan prueba de su libertad y del deseo de María de unir y conformar totalmente su vida y su misión con la de su Hijo, en las alegrías y en los dolores, en continuidad con el protoevangelio de Gen 3, 15, que anuncia proféticamente a María como asociada a la lucha de su Hijo contra el demonio.
b) El mensaje a José (Mt. 1,18-25) El capítulo 1 del evangelio de san Mateo se centra en torno a la pregunta de quién es Jesús. Jesús es el Mesías, Hijo de David, aunque no desciende biológicamente de él. No habla expresamente de su concepción virginal, aunque la da por supuesta, como si fuera una realidad ya conocida por los lectores. El tema que le interesa tratar es la mesianidad davídica de Jesús. En la genealogía que ofrece de Jesús través de la línea de José en la que cada padre engendra a su Hijos, dice en el v.16: “Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual fue engendrado Jesús, que es llamado Mesías”, y en el v.18: “fue concebido por obra del Espíritu Santo”, y no por obra de varón. El pasivo teológico del v.16 fue engendrado nos indica que el autor sagrado se refiere a una acción divina. El hecho de que Jesús venga así reconocido como descendiente de Dios y de la Virgen María, y negar su descendencia física de José, nos plantea el problema de su filiación davídica. María y José están desposados pero no casados y José recibe la doble noticia de que está encinta y de que el niño es obra del Espíritu Santo.
“José, su esposo, que era un hombre justo y no quería manifestarla, decidió abandonarla secretamente” (v.19) No duda de la honestidad de la Virgen, que le habrá explicado la situación. Su huida es la propia del hombre de fe ante una acción milagrosa y maravillosa de Dios. Y muestra su duda acerca de que fuera legítimo, que se hiciera pasar como padre del niño venido de Dios. El ángel se le aparece en sueños para decirle que ha de casarse con María para dar al niño su descendencia legal davídica. Esa es la razón principal de su aparición, más que la de aclararle que el niño es obra del Espíritu Santo. El v.24 nos muestra: “Y sin haberla conocido, ella dio a luz un hijo, al que él puso por nombre Jesús” mostrando así que se ha cumplido la profecía de Natán contenida en Is 7,14 de que el Mesías sería de la estirpe de David. Cumple el encargo del ángel, y pone a Jesús el nombre, al ser su padre legal.
Y en el v.23 recuerda Mateo el texto de Isaías: “He aquí que la virgen estará en cinta y dará a luz un hijo”. Muestra así su concepción y parto virginal. Al afirmar que no la conoció hasta que dio a luz el hijo, no quiere decir que después la conociera, simplemente subraya la virginidad de María hasta el momento del parto. Así interpretaron también san Jerónimo y Luttero.
c) El Magnificat (Lc. 1,45-55). Nos muestra en palabras el mundo espiritual de María. María esta invadida de alegría tras la anunciación del ángel. “Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se estremece de alegría en Dios, mi salvador” (Lc 1,46s). Dios se ha fijado en la pobreza de María, que es la misma de los anawin o pobres de Yahvé, que son los piadosos que ponen en Dios su confianza, y no piensan tener algo propio en lo que confiar: “porque ha mirado la pobreza de su esclava” (v.48). De la elección de Yahvé se sigue que “desde ahora me llamarán bienaventurada todas las generaciones… porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mi favor” (las de la anunciación y encarnación) Y desde el versículo 50 acentúa que esto será fuente de salvación para cuantos en la misma actitud de pobreza teman a Yahvé. Y por ello derribará de sus tronos a los soberbios y enaltecerá a los humildes. Dios vuelve a tomar para sí a su pueblo, cumpliendo así las promesas hechas a sus antepasados. Las promesas de Abraham se cumplen en María, y desde ella vierten sobre toda la humanidad.
d) “Y a tu misma alma la traspasará una espada” (Lc. 2,35) Simeón va al templo impulsado por el Espíritu Santo, y pronuncia estas palabras ante María tras haber proclamado el himno del Benedictus. Las palabras que refiere a María nos recuerdan a los cantos del siervo de Isaías que anuncian la venida del Mesías: “fue traspasado por causa de nuestros pecados” (Is 53,5), y al salmo 22: “han traspasado mis manos y mis pies”, y en Zac 12,10: “me contemplarán a mí a quien traspasaron, y plañirán por él como suele hacerse por el primogénito”. El tema de la transfixión es referido en los profetas a los sufrimientos futuros del Mesías en su pasión. Simeón al usar la misma terminología referida a María la hace participar en la pasión de Jesús. En línea con Gen 3,15 cuando asociaba a María al Mesías en su lucha contra el demonio. María no sólo es Madre (Lc 2,35), es Madre dolorosa que acompaña a su hijo al pie de la Cruz (Jn 19,25).
CUESTIONES
Generales para todos los equipos (1) Enumera los tipos de textos mariológicos presentes en el Nuevo Testamento. Indica cuál es el valor especial que tiene el texto de Gálatas y el mensaje que nos ofrece acerca de María. (2) Qué valor tiene los evangelios de la infancia de Jesús. (3) Indica que datos principales nos ofrecen acerca de María los evangelios de la infancia. Particulares según Congregación Fructuosos: Qué aspectos de la vida de María, nos ayudan más en nuestra misión como esposos y padres Canisios: Qué aspectos de la Virgen maría nos ayudan más en nuestra vocación de profesionales. Berchmans: Qué aspectos de la vida de la Virgen María debemos imitar en nuestra vida y misión de estudiantes. UN OBJETIVO CONCRETO (INDIVIDUAL Y COMO EQUIPO) PARA ESTE MES Breve examen de conciencia individual sobre el tema: preparación y participación |